Lamentablemente, la filosofía es una disciplina de vida a la que normalmente no le prestamos mucha atención, sin embargo su estudio y práctica en la vida diaria puede permitirnos encontrar soluciones a los desafíos que a veces nos plantea la vida.
Una persona que sabe pensar está mejor preparada para responder a los cambios que vivimos en la actualidad y estará más dispuesta a aceptar a las personas, no por lo que puedan hacer por nosotros, sino por lo que son.
La filosofía nos enseña a tener criterio, sabiduría: saber cuándo hay que aceptar acontecimientos y personas y cuando no tenemos ningún poder de cambiarlas.
En resumen podemos decir que la filosofía, el filosofar, ayuda a pensar adecuadamente y la felicidad es la consecuencia por pensar apropiadamente. Es necesario entrar en el proceso de aprender a reflexionar sobre nuestras propias experiencias, contemplar la realidad, vivir la vida al máximo, pero siempre desde la reflexión.